sábado, 27 de septiembre de 2008

Cenotafio. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Cenotafio. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Son sólo seis cuerdas, seis cuerdas y nada más.

Tomó el instrumento y empezó con una obra de Tárrega, el Chopin de la guitarra. La lluvia de dulces trémolos llenó el antiguo salón de magua, pura magia. Los presentes, ávidos de emoción, solicitaron al virtuoso que les regalara una melodía fuera del programa. Fragoroso, sacó de un cofrecillo neoalquímico una socavada partita. En medio de su eutaxia, tersas notas lujuriantes salían de las garbosas bordonas. Pronto, densas gotas de sangre suntuosa brotaban de sus dedos. Con virulencia, uno de los espectadores trató de detener la ejecución de la macabra composición.
-“ Meum est propositum in ars mori -* exclamó el concertista, mientras exhalaba su último aliento…

*" Me he propuesto vivir en el arte".