miércoles, 30 de enero de 2008

El Evangelio según Casadey. Capítulo Primero. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

El evangelio según Casadey. Capítulo Primero. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.


Casadey, dirigiéndose a los presentes, empezó a hablar:

-" Más bien el alma o espíritu es el centro de energía y el periespíritu es el reflejo o resplandor de esa fuerza. Es como una lámpara, con su luz irradiante.
Hay un fuego sagrado dentro de cada alma, un manantial que nunca se agota. El periespíritu se encarga por medio de los sentimientos de hacer fluir los estados internos del alma.
Existe una escala de valores para dichos momentos que va desde el punto más indiferente hasta el más apasionado, con sus respectivas gamas intermedias.
Los sentimientos navegan en un río caudaloso y turbulento que recorre todas las arterias del ser inmaterial. Del flujo de esa corriente dependen los cambios de ánimo. Pero una sustancia principal purifica las aguas de los sentimientos: EL AMOR. Cuando el líquido se encuentra turbio es por la falta de amor. No debe confundirse el amor con la belleza exterior por que la verdadera belleza se encuentra en el interior, en la esencia de los elementos. Lo bueno y lo bello son consecuencia de la acción del amor, todo lo transforma. El amor es un manantial que nunca se agota."

Entre los presentes había gente interesada en escuchar a Casadey pero también estaban los que con odio en sus corazones decían: - "Callen al loco". Y se retiraban.

Sin hacer caso de las palabras envenenadas, Casadey siguió:

- "Han llegado tiempos difíciles. Hay fuerzas que se confabulan y luchan por el poder atrasando el avance del amor. La humanidad, en una loca carrera hedonista y tecnológica ha realizado grandes avances científicos para unos pocos. La ciencia pretende matar a Dios. El amor ha quedado en un segundo plano. La dictadura del placer y del dinero hacen estragos en los corazones de las personas. Es mucho más importante en esta época llenarse las arcas de bienes materiales que cultivar los dones espirituales. Se ha producido un grave dsequilibrio en el alma de la humanidad, en el espíritu colectivo formado por todo el conjunto de voluntades individuales que componen este mundo. Pocos son los que creen en la supremacía del amor, muchos son los incrédulos y los que ya perdieron la fe en la vida. La vida no terminá acá, este es simplemente un paso hacia otra dimensión, un estado superior al que el hombre accederá una vez que deje esta envoltura carnal a la que llama cuerpo y pase a su existencia astral. El periespíritu será el encargado de llevar al hombre en ese duro tránsito. Es un túnel largo lleno de obstáculos. Hay muchos caminos, pero uno solo es el correcto. Es la lucha entre dos poderes la que mantiene el equilibrio universal, hasta que no se cumpla con el plan divino y reine sobre el mundo una sola de ellas. Cuando llegue esa hora no todos estarán preparados. Algunos, en su afán de acumular riquezas materiales, solo se preocuparám por éstas, olvidándose de sus propias almas, las cuales errantes y sin rumbo fijo alternarán su mísera existencia entre este mundo y el limbo. Numerosos son los casos que han de venir en el futuro. El amor será la llave divina que abrirá los corazones con fe a las puertas de la eternidad, de la dicha y de la plenitud."

Casadey, luego de terminar de hablar, se dio cuenta de que se había quedado en la más profunda soledad parado en medio de la plaza. Obviamente, aquella sociedad no se encontraba preparada pra tales revelaciones.

Ya había tenido muchos problemas en ocasiones anteriores por recitar a los cuatro vientos sus ideas. A pesar de que el país decía vivir en democracia eran demasiadas las lacras que sobrevivían de las dictaduras militares.

Se proclamaba libertad de expresión mas en la realidad la censura era la que imperaba.

Casadey fue jubilado prematuramente de su trabajo, como lo lo podían despedir era mejor quitarlo del camino con un retiro anticipado. Casadey, pensando que con ello iba a disfrutar de mayor tiempo para predicar su doctrina, aceptó de manera gustosa. Pero tarde se dio cuenta de su error. Se iba quedando solo a causa de sus creencias, su familia lo dejaba de respetar, sus amigos le daban vuelta la cara. Su situación económica era pésima pero no lo incomodaba en lo más mínimo. Se fue acostumbrando paulatinamente a dejar viejas costumbres, ya no fumaba, no compraba sus diarios ni sus libros, dejó el café, en fin, un proceso lento que lo llevó a una vida austera, un verdadero asceta en medio de la alborotada ciudad.

Pero ese estado de cosas no duraría por mucho tiempo. En su descontento diario, Casadey recordaba una antigua historia:

-" Y el Maestro comenzó a hablar. Le dijo a su discípulo:
- "Los Maestros con el solo poder de sus palabras pueden matar a cuantos tengan la osadía de enfrentarles."

A lo cual el discípulo en silencio se preguntaba a sí mismo: "¿Pero por qué matar?"...

La historia cuenta que era de noche y caía mansamente la llovizna sobre la tierra. La neblina del lago acentuaba la extaña fauna astral que vivía y cuidaba la misteriosa gruta.

Esa misma noche, el viejo sabio no podía conciliar el sueño, así que sentado en la entrada de la cueva contemplaba el lento caer de los diminutos cristales de lluvia. Pensaba en su discípulo, en la vida, en lo que inexorablemente le depararía el futuro a su protegido.

En cualquier momento de aquella espesa noche volvería a importunarlo esa sublime presencia del mundo supraterrenal. Era el espíritu de un antiguo guerrero testarudo, una persona que al morir quedó anclada en el interior de la madre tierra. Cuando un ser humano fallece a veces su alma sigue habitando este mundo, bien por causa de la alquimia como la mayoría de las veces, o bien por su propio deseo como en pocos casos.

El anciano sabía que no existía ningún peligro en toparse con alguno de estos seres etéreos. Es tanto el asombro del ser humano de encontrarse con un ente celestial que causa distintas reacciones según el estado cósmico del observador.

La gruta, bien lo sabía el noble pensador, era el lugar ideal para la iniciación, a salvo de los cambios climáticos, discreta e inaccesible, cercana al lago, fuente d agua, vehículo eterno del bautismo, rito iniciático y purificador por excelencia.

Se acercaba el alba, faltaban pocas horas ya. El espíritu del guerrero no se hizo esperar más. Al verlo, el Maestro le dijo:
- "Te estaba esperando. He meditado mucho desde nuestro último encuentro, Guerrero. Estoy aquí para escucharte."

El guerrero replicó:
- "Venerable Maestro, para tí y tu discípulo el tiempo escasea. No falta mucho para que tu aprendiz cumpla con su destino. El mubndo será de los que desarrollen sus dones espirituales. Ya lo sabes, los muertos son los viajeros supremos. La muerte no es más que algo aparente: No existe en nuestra vida espuiritual. Se ve a los ojos de la carne, mas no a los del alma. Tu alumno deberá enfrentarse a entes astrales perversos e inferiores, que en realidad solo reflejan la maldad y las imperfecciones del ser que los ve. Superar la propia maldad y defectos es el verdadero reto"...

Así, mientras se levantaba el sol y la lluvia cesaba en su caída, el luchador dsaparecía entre las brumas de la gruta. El místico guía reflexionaba pensando en los falsos eruditos de las ciudades, en aquellos para los que es más preciosa la tinta del sabio que la sangre del mártir.

El pupilo se ponía de pie y comenzaba el día. Ya su misma vida diaria era una sucesión de duras pruebas además del férreo entrenamiento que le brindaba su mentor, a veces demasiado rudo para él.

Lo primero consistía en buscar el agua para abastecerse durante la jornada y si el clima lo permitía, tomar un baño. Dspués era preciso conseguir alimentos, por lo que mientras el Maestro pescaba su aprendiz se encargaba de recolectar cualquier cosa que pudiera ser consumida en el bosque adyacente a la cueva. De vez en cuando cazaba uno que otro animal cuya piel servía para el trueque por sal u otro elemento valioso cuando bajaba al pueblo. La sal, símbolo de vida, de conservación, era la alquimia viva en aquellos seres minerales que bastaban para dspertar los dones espirituales del Maestro y de su discípulo.

Al mediodía solían hacer un dscanso para comer y dscansar un poco.

A media tarde, comenzaban las enseñanzas de la sabiduría mística al neófito, la transmisión de todo el saber astral que guardaba el anciano en lo más profundo de su alma.

Esa tarde, luego de comer, apareció en el cielo una paloma blanca que se posó en la entrada de la gruta. Poco a poco el ave luego de un rato prolongado se fue alejando de aquel lugar iniciático.

Finalizada la visita del pájaro, el Maestro dijo a su alumno:
- "¿Has visto a la paloma? Ella es un símbolo. Ya pronto comprenderás. Somos espíritus encarnados, venimos de Dios, Nuestro Padre y vamos hacia Nuestro Padre. Así, pues, lo espiritual para nosotros es el paso prohibido, lo que nos está vedado, lo que vendrá al dejar este cuerpo carnal. Esta inercia de la ignorancia de los que nos deparará el futuro se traduce en una sed de conocimientos, d amor y de justicia distributiva. Mira los antiguos romanos; en su derecho, tres preceptos: honeste vivere, vivir honestamente, alterum non laudere, no dañar a otro y suum tribuere, da a cada uno lo suyo".

A esto último el iniciado protestó:
- "Maestro, Usted lo ha dicho, dar a cada uno lo suyo, ¿No es mi hora de recibir esas respuestas?"

El sabio respondió:
- "Sí, estás en lo cierto. El fuego es una vibración que fecunda la vida y a la luz la transforma, como también puede llegar a ser mortal y destructor, al igual que el agua, fluido sustentador de vida.

El alma es sustancia pura espiritual, incorpórea, inmortal y adimensional que ha descendido desde lo etéreo al mundo terrenal encerrándose en el cuerpo. Para que el espíritu se manifieste y triunfe se debe seguir el camino de las virtudes hasta llegar a Dios, Padre Perfecto, Único e Indivisible.

Las virtudes no pueden ser efecto de la casualidad ni de la fuerza. La causa que las genera es poderosa y debe residir en el mismo hombre. Las almas ingresan en la mansión celestial como recompensa a sus grandezas y virtudes. Uno de los medios más eficaces y provechosos para ejercitarse en la virtud es la meditación. Consta de tres partes, preparación, reflexión y conclusión.

La preparación consiste en un acto de fe en la presencia divina, un acto de humildad y arrepentimiento de los defectos y errores, una petición para acceder a la iluminación del alma. Debe realizarse con la debida sumisión y fe.

Para llegar al nivel de reflexión se solicita a la divinidad la purificación de los pensamientos, la humanidad es señora de su eternidad adimensional, criada para eso, viene del Padre Todopoderoso Creador y va hacia su morada celestial. La muerte es solo una transición terrenal al estado espiritual puro, cambio inevitable, "memento mori", "acuérdate que has de morir".

En ruego al Supremo es en la conclusión donde se alcanzan los frutos de la meditación y de la fe."


Esta historia fascinaba a Casadey. No recordaba su procedencia, pero imaginaba vívidamente un mundo de leyendas y misticismo en una extraña edad media idealizada por las búsquedas espirituales. Pretendía encontrar su propia piedra filosofal, la llave hermética que lo conduciría hacia la iluminación más perfecta al servicio de Dios y de la Humanidad.

Pero la realidad de la vida diaria chocaba estrepitosamente con sus anhelos y creencias. Tomado por loco por familiares y conocidos, por excéntrico para los desconocidos, todo estaba demasiado alejado de sus aspiraciones. A eso se sumaban su glotonería que lo había llevado a comer siempre por gula, hasta convertirse en obeso; su hedonismo, su gusto por las satisfacciones sensuales del cuerpo y su afición a las comodidades de la vida moderna.

Eran dos fuerzas poderosas que luchaban en el interior de Casadey desde hace muchos años, fuerzas totalmente opuestas que en algún momento explotarían.

Casadey a veces recordaba sus tiempos de juventud, su niñez y su adolescencia privilegiada en una vida abundante, en donde parecían no existir los problemas. Era una existencia dentro de una hermosa jaula de bronce y cristal que le impidió conocer las miserias del hombre.

Poco a poco, mientras iba creciendo, la lujosa prisión se dsgastaba y dejaba ver la realidad de la calle. Con la muerte de su padre, un hombre de gran nobleza y carácter aguerrido, Casadey tuvo que enfrentarse a las primeras crisis de la vida. Fue un golpe demoledor de que a duras penas salió victorioso a pesar del daño inflingido en lo más profundo de su alma. A pesar de la desaparición física de su progenitor, Casadey sentía que el viejo valeroso lo acompañaba dsde el otro mundo. Preocupado por esa presencia que lo miraba desde una dimensión incomprensible al entendimiento del hombre, Casadey se dedicó a la lectura y al estudio de temas folosóficos y espirituales. No conforme con la información que conseguía, decidió experimentar e interpretar los sucesos de esta vida y del más allá por sus propios medios.

Al comienzo pensaba que lo más acertado sería no aprender sólo de libros. Necesitaba la guía de una persona especial, alguien experimentado, un Maestro...

Fin del capítulo primero

martes, 29 de enero de 2008

Leyenda sobre el Hermafrodita. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Hijo de la unión divina ente Mercurio y Venus, hermafrodita era un muchacho de una belleza sublime. Fue educado por las Náyades y cuando cumplió quince años de edad abandonó el monte Ida.
Un mediodía extremadamente caluroso cuando pasaba por Carie, próxima a Halicarnaso, decidió bañarse en una fresca fuente.
Al ver al joven bañarse, Salmacis se enamoró perdidamente de Hermafrodita. Tan apasionadamente lo abrazó al mismo tiempo que pedía a los dioses que fundieran sus cuerpos en uno solo que las deidades consintieron el deseo y así nació el personaje legendario provisto de ambos sexos.
Aquella misteriosa fuente fue dstino de grandes peregrinajes. Desaparecida hace mucho tiempo, se decía que sus mágicas aguas habían civilizado a una tribu bárbara que se estableció en el Vitrubio.
El líquido ablandaba la valentía y afeminaba a los hombres que bebían de él.

El espejo de la sabiduría. Poesía. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Entre el antro de Polifemo y de la caverna de Vulcano,
de sepulcros vacíos y pergaminos amarillentos,
el anciano de frente grave y cabellos blancos,
recluso obstinado, encorvado por el estudio,
observa sobre el globo de cristal.

Flatus irritus odit.*


*Un vano soplo lo empaña.

Las leyendas sobre los terremotos y maremotos. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

La tradición occidental afirmaba que el gigante Encelado había sido atrapado en un extraño calabozo por los dioses bajo la isla de Sicilia. En sus intentos por liberarse se agitaban las tierras. Otra versión cuenta que Tifeo, prisionero de Vulcano en los profundo del volcán Etna sacudía la isla en su lucha para escapar.
En cambio, para los antiguos indígenas de las islas de Bali y Borneo es en el lomo de un inmenso búfalo en donde se apoya el planeta. Los terremotos se producen cuando el mítico animal cambia de postura. Similar es la historia para los japoneses en donde un dragón reemplaza al búfalo mientras que en Mongolia es una tortuga al igual que para algunos aborígenes de América del Norte.

La leyenda de la creación de los guantes. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Afrodita, diosa del amor y la belleza, se lastimó las manos con unas espinas mientras perseguía en el bosque a Adonis. Oyendo sus lamentos, las Gracias, tres divinidades menores del panteón griego que otorgaban a los hombres prosperidad, acudieron rápidamente. Para evitar que se repitiese la situación unieron delgadas telas y crearon los guantes.

lunes, 21 de enero de 2008

El dolor de Pablo Neruda. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

El alma atormentada de Pablo Neruda lloraba pesadas lágrimas de dolor. Su mirada se perdía en la inmensidad del Pacífico...

El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética se realizó a principios del año 1956 en Moscú. El secretario general del partido, Nikita Khruschov dio a conocer por medio de la agencia informativa soviética Izvestia el genocidio y los horrendos crímenes cometidos por el ex seminarista Iósiv Vissariónovich Dughashvili, mejor conocido como Stalin.
Entre otros numerosos secretos Khruschov reveló los cruentos asesinatos cometidos por la infame policia secreta de Stalin y las deportaciones de inocentes familias a Siberia para realizar inhumanos trabajos forzados. La cifra de muertos congelaba los corazones. Torturas, penurias, hambre... Los más espantosos relatos hicieron eco en el mundo.
Khruschov eliminó el nombre de Stalin de las ciudades soviéticas. Se quitaron estatuas y todo vestigio del "Dictador del Proletariado".
Los artistas comunistas de todo el planeta que habían recibido el premio Stalin en muestra de repudio lo devolvieron. Neruda, agobiado por necesidades económicas, había empeñado la valiosa medalla. Nunca pudo devolver el asqueroso pedazo de oro.
Impotente, el amargo sabor a traición se derretía en su boca...

Mariposa de Hierro. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

New York, 1987.

James Perkins tenía la mirada triste. El anciano mayordomo jamaicano añoraba sus felices momentos en el lujoso edificio de seis pisos en Manhattan. fiel y devoto servidor de Imelda Marcos, la "Mariposa de Hierro", todavía recordaba con melancolía aquella noche en que su abnegada esposa, ama de llaves de la poderosa dama, bordaba en un cojín el picaruelo lema: "Las niñas buenas van al cielo. Las otras van a cualquier parte."
La magnífica construcción iba a ser en un principio el Consulado de Filipinas en la Gran Manzana pero la codicia de la Mariposa de Hierro hizo que el inmueble fuese transformado en su exclusiva propiedad personal. La similitud de la imponente vivienda en comparación al Palacio de Manila en cuanto a su decoración era sorprendente. Perkins, a pesar de los inconvenientes, asistía a la subasta con cierto malestar en su corazón. La caída del dictador filipino había dejado al antillano desempleado. El escandalizado martillero Alan Erlichman exclamaba sorprendido: - "Opulencia y desperdicio son un sacrilegio". El precipitado derrocamiento de los Marcos dejaba un maldito legado. Abandonados en el sótano de la mansión fueron encontrados valiosos espejos Luis XV y finísimas copas de cristal dentro de las calderas de calefacción. Enormes jarrones Ming custodiaban la entrada señorial. Una gran desilusión: No habían zapatos. La colección de miles de calzados fue salvada por el sacrificado Perkins que la había enviado a Manila para el regocijo de la infame Imelda.
Los cuartos de baño con sus accesorios de oro macizo eran la envidia de muchos jeques árabes que se sentían extasiados al apoyar sus nalgas sobre los tronos adquiridos con la sangre de los valientes filipinos. Los lemas inverosímiles bordados en las almohadas por la esposa de Perkins trataban de neutralizar los sentimientos de culpa y la conciencia sucia de la Mariposa de Hierro. Tres pianos de cola que habían pertenecido a Liberace y un clavecín comprado a un inmoral directivo de un museo de la República Federal de Alemania adornaban una ridícula discoteca con luz estroboscópica que funcionaba en el último piso.
"Ser rico ya no es más un pecado, es un milagro", anunciaba otra maligna frase grabada con letras doradas sobre una puerta.
Alfombras persas, cortinajes belgas, lámparas de cristal, retratos monumentales de Ferdinand Marcos al mejor estilo napoleónico cubierto de medallas y de Imelda como una nueva santa completaban el derroche. Pinturas de Picasso, Monet, Van Gogh hicieron comentar a uno de los asombrados asistentes al remate que parecía que Imelda temía no recibir recompensa alguna en el otro mundo puesto que había pretendido juntar todo lo que había en este.
La inusual subasta fue ordenada por la Comisión Presidencial del nuevo gobierno filipino con el fin de destinar los fondos a la búsqueda mundial de los bienes de Marcos. Bajó el martillo. La prensa rumoreó durante los días siguientes que el flamante dueño del fastuoso templo hedonista era otro político llamado Carlos Menem. Se decía que las morbosas motivaciones de la compra habían sido las supuestas manos de Perón escondidas en una falsa pared en el cuarto piso.
Perkins se preguntaba: "¿Ser nuevo rico es mejor que no ser rico?"...

domingo, 20 de enero de 2008

Comienzo. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Atlas sostiene la tierra.
Venus mi corazón.
¿qué será de Ganesha?
Sidharta duerme su siesta.
Cae la noche.
Lechuzas y lechuzas.
Frío y neblina.
Amanece.
Ha llegado el amor.

Leyendas de Hudson: El robo de la comiquería del gordo botón. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Aquella noche de verano el club Atlético River Plate se había consagrado tricampeón. Las calles de Barrio Marítimo estaban desiertas. Los fanáticos festejaban el triunfo debajo del mítico obelisco porteño.

Kun, Javi y Pai estaban en la casa quinta del rico Javi jugando los tres con la playstation. Kun era un inmigrante resentido que todo el tiempo envidiaba la fortuna de Javi. A Pai solo le interesaba la amistad de Javi para poder comer ya que era sumamente pobre. Lo único que realmente los unía era la pasión por el animé. Solo eso. Nada más. El calor nocturno era sofocante. Alrededor de las dos de la madrugada empezó a lloviznar sobre la ciudad. Como era costumbre, Javi odiaba perder en los juegos. Era un pésimo contrincante y siempre terminaba peleándose con el vencedor. Kun no aguantó más los caprichos del dueño de casa y todos lo acompañaron a la estación de Hudson a tomar el último bondi a finisterre. Milagrosamente el colectivo llegó enseguida. Pai, genéticamente nacido para la delincuencia, presionó al idiota de Javi para desviarse del camino a casa y pasar por la comiquería del gordo botón.

La siniestra pareja caminaba bajo la suave caída de agua. Maravillados en su estupidez pegaron sus narices contra el vidrio del comercio. Admiraron los juguetes, las revistas, los videos...

Pal le dijo a Javi: -"Uy loco, mirá qué grosso, el art book del jeropa U - Jin, la obra cumbre del hentai.
- Dale Javi, agarrá ese pedazo de baldoza y rompé la vidriera. Yo te saco el libro."
Javi contestó: - "No viejo, me van a meter en cana".
- "Puto, putazo, escabiate una boina!" gritó Pai.
Con odio y herido en su orgullo Javi, al mejor estilo Mazinger Z usando sus puños atómicos rompió la vidriera del local. La sangre corrió y manchó el piso. Pai no desaprovechó el momento. Se sacó la campera y juntó dentro de ella todo lo que pudo. Javi le pidió que le diera el hentai.
- "Dale pelotudo, entrá y sacalo vos, bolas tristes. ¿No ves qué estoy ocupado levantando los muñecos de Macross?".

Enojado Javi tomó un vidrio y le cortó el cuello a Pai quien murió desangrado al poco tiempo.
Finalmente fueron acusados por el asesinato Javi y el gordo botón, que aunque nada tenía que ver con el crimen, la influencia de la prensa logró que fuera condenado junto al onanista.

Misteriosamente, cada vez que River gana un campeonato, corre un río de sangre frente a la ex comiquería.

sábado, 19 de enero de 2008

Los ojos de Juan Santamaría. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Jacinto Gabriel García y Nuñez era un hombre aventurero, acostumbrado a las visicitudes de la vida. Periodista, militar, músico, filósofo y carpintero eram oficios que hacían de este personaje un individuo muy particular. Los alborotados años que siguieron a 1850 tiñieron de amargas experiencias a Jacinto. Rosista de alma y defensor de la Santa Federación confundía su sentimiento patriótico con tintes ocultistas. La influencia que ejercían sobre él sus amigos masones cambiarían por completo su propia historia. Argentina se desangraba en una lucha fraticida. El traidor de Urquiza vencía a las fuerzas del Restaurador en la infame batalla de Caseros de la que Jacinto salió milagrosamente ileso. Con lágrimas en el corazón Jacinto acompañó a don Juan Manuel a la casa de Mr. Robert Gore, encargado de negocios de Gran Bretaña. Esa misma fatídica noche el gran héroe argentino partía hacia el exilio junto a su noble hija en la fragata Centaur. A pesar de la caza de brujas desatada por la crueldad de Urquiza muchos lograron sobrevivir no sin grandes dificultades.
La vida en la campiña inglesano era del agrado del fiel servidor. Largas veladas en Londres avivaban su sed de viajes y aventuras. Entusiasmado, seguía de cerca los nuevos acontecimientos latinoamericanos. Extraños sucesos en Nicaragua atraparon su atención. La lucha entre los conservadores de Granada y los liberales de León sumió al país en una guerra civil. El caudillo liberal Francisco Castellón recurrió al auxilio extranjero de un audaz mercenario morteamericano llamado William Walker.
Jacinto participaba activamente en la logia masónica Gran Oriente Argentino que en ese momento funcionaba en la capital inglesa contando con una filial hermana en San Francisco de California. Recién el 22 de abril de 1857 abriría sus puertas en la Reina del Plata.
Con gran motivación Jacinto cruzó nuevamente el Atlántico para integrarse a la Falange Americana que desembarcó en el sufrido país centroamericano dominando ampliamente la caótica situación.
Walker, "dueño" de Nicaragua, concibió la maléfica idea de apoderarse de las cinco repúblicas centroamericanas para anexarlas al sur esclavista norteamericano. El proyecto era visto con buenos ojos por los masones quienes financiaban la ambiciosa campaña.
Los indómitos encantos de Guanacaste maravillaron a Jacinto. La ronca voz del coronel Schlessinger irritaba al aventurero.
El presidente de Costa Rica, Juan Rafael Mora, reforzó su ejército con valientes campesinos y artesanos voluntarios proclamando una guerra de exterminio contra Walker.
El 20 de marzo de 1856 la impetuosa carga a la bayoneta de los costarricenses obligaron a los extranjeros a retirarse de la hacienda de Santa Rosa. Los prisioneros fueron pasados por las armas en Liberia lo que inquietó al argentino. Las lánguidas ramas del "árbol de los orejones" ofrecían sus sombras para el refugio del sofocante calor. Las condiciones de la pelea eran muy sacrificadas. Un enemigo silencioso hacía estragos entre las tropas. El cólera cobraba numerosas vidas.
Mora invadió el sur nicaragüense ocupando los puertos de San Juan del sur y el de La Virgen sobre el gran lago como así también la hermosa ciudad de Rivas en donde estableció sus cuarteles.
Jacinto logró tomar por sorpresa a Rivas y se atrincheró junto con sus feroces guerreros en una casa conocida como el Mesón de Guerra. Sus espías le habían informado sobre los planes del enemigo de sacrificar a un soldado de Alajuela conocido como "el Erizo" para incendiar la construcción. El aventurero esperó pacientemente durante la noche logrando atrapar al enemigo que estaba provisto de elementos inflamables. Interrogado el prisionero dijo llamarse Juan Santamaría. Confesó a Jacinto su plan suicida y las intenciones de Walker de esclavizar a Centroamérica. El argentino, sorprendido por las revelaciones del abnegado cautivo vio en sus ojos negros el espejo de la verdad. Juntos prendieron fuego al lugar. Mientras se inmolaban los mártires una virgen chorotega lanzaba pétalos de orquídeas al mar.

lunes, 14 de enero de 2008

Leyendas de Hudson: La leyenda del loco de la plaza. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Era una plaza muy extraña. La mitad estaba ocupada por casas familiares, la otra mitad eran viviendas de clase baja. Grafittis alusivos al sexo y a las drogas cubrían las viejas parede. Juegos destrozados por el vandalismo añadían al paisaje un velo triste. Ya el lugar no era un espacio verde para niños. Grupos marginales de adolescentes se habían apoderado de la zona. Eztrañas actividades narcóticas se sucedían tanto de día como de noche. Un vecino, cansado de los robos y los abusos decidió dar fin a la situación. Ex policía, fue separado de la fuerza debido a su oscuro pasado en los setenta. Se rumoreaba que había participado en los siniestros hechos ocurridos en el centro clandestino de detención conocido como Garage Olimpo. Sus contactos políticos y su fortuna le permitían burlarse en la cara a la justicia. Conservaba un fuerte arsenal en su hogar. Lustró su falcon verde y cargó la luger que le había regalado un viejo oficial SS que vivía en la maldita Bariloche, refugio de criminales de guerra. Se acomodó el bigote. La grasa le colgaba encima del pantalón. Ya no tenía contacto visual con sus partes íntimas al orinar. Estaba demasiado gordo, producto de la buena vida que se daba a diario. Los sobornos del pasado le permitían vivir en medio del miserable barrio con ciertos lujos. Admirador de Charles Bronson salió a jugar de Vengador Anónimo.
Estacionó el tenebroso auto en medio de la plaza. Los jóvenes miraron sorprendidos como salía del vehículo el obeso fascista. Sacó el arma y gatilló. Nada. Desesperado, la diarrea fluía en sus pantalones. La pandilla se acercaba. Subió al coche. Nada. No arrancaba. EL olor a excremento ya era insoportable. La gente rodeó el transporte. Entre risas un jovenzuelo drogadicto exclamó: -"Qué olor a mierda. Se cagó el abuelo. Vamos a fumar un faisán. Flaco, traé el tetra." Risas.
Llorando, bañado en materia fecal bajó de su Rosinante genocida y nunca más se lo volvió a ver en el barrio.

Troya. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Silenciosas sombras se deslizan.
Llora la morada real de Esparta.
Huye con los tesoros Menelao
y entre ellos el más precioso:
Tus ojos verdes.

Calla Calcas su fúnebre vaticinio.
Serpiente de piedra,
devoradora de las nueve aves.
¿no fue suficiente sacrificio?
Camina Apolo sobre la espuma blanca.
Levanto mi espada fulmínea.
Entre las arenas doradas
recupero tus ojos verdes

De Malabo a Bariloche, por Cristian Claudio Casadey Jarai.


Año 1978. África Subsahariana. Guinea Ecuatorial. Isla de Bioko. Capital: Malabo.

El agobiante calor del sol ecuatorial cubría la capital africana. Malabo se levantaba esas mañanas de sus largos sueños de libertad.
Raimundo José Mbutu Nguema era un joven ministro y colaborador del entonces dictador el presidente Francisco Macías. Gracias a la posición privilegiada de su padre que había participado del derrocamiento y ejecución del ex primer ministro anterior a la independencia, Bonofacio Ondó Edu, Raimundo realizó sus estudios en la Budapest comunista y en la Moscú soviética. Su estadía en el bloque oriental le permitió cultivar amistades muy poderosas. La extraña mezcla de fascismo y marxismo de Macías no dejaba de sorprender al joven asesor. Aunque ideológicamente el dictador se autodenominaba marxista alababa públicamente la figura de Adolf Hitler. A tal punto llegó su falta de equilibrio que siguió el modelo haitiano de François Duvallier utilizando la magia negra para atemorizar a su gente. El desmedido culto a su personalidad hizo que fuera obligatorio llamarlo "El Milagro Único de Guinea" mientras que a los ojos del mundo el país había pasado de ser la "Suiza africana" a ser la "Auschwitz africana".
La influencia que ejercía Raimundo sobre Macías era nefasta. El presidente poco a poco se convirtió en un títere del malvado ministro. Le había llenado la cabeza con ideas extravagantes, libres interpretaciones de las corrientes socialistas de la época. Una breve visita a la infame Argentina del Mundial de Fútbol ensenó a los africanos nuevas técnicas de secuestro y tortura de personas. Apasionado del balón, Raimundo contrató a varios jugadores argentinos de segunda categoría con el fin de organizar la selección nacional ecuatoguineana. Los extranjeros, ya en tierras de Macías, totalmente desilusionados del ambiente represivo, siguiendo los más bajos instintos de su sangre aprovecharon la estadía en el palacio presidencial para robar importantes piezas de marfil y fugarse de Malabo. "El Milagro Único de Guinea", enfurecido por el hurto y la estafa sufrida, envió a Raimundo a prisión, prohibió la pesca y el uso de zapatos en todo el territorio nacional, desmanteló el ferrocarril y suprimió los hospitales y las escuelas. Raimundo para calmar los nervios de su presidente resolvió dar un golpe de efecto magnífico. Implorando, se hizo escuchar por Macías. La isla de Bioko se encuentra estratégicamente ubicada en el océano Atlántico. Los rusos, que no habían participado en el antiguo reparto colonial del continente negro, miraban con buenos ojos a la novísima república subsahariana. Guinea Ecuatorial se encontraba en una terrible crisis económica. La mala administración casi había acabado por completo con el cultivo del cacao, su principal fuente de ingresos durante la dominación española. Años atrás, los soviéticos habían ofrecido una gran cantidad de dinero a cambio de la utilización del puerto de Luba. Raimundo, astuto como el zorro, propuso al delegado de la KGB en la capital la construccíón de una base secreta de submarinos nucleares a cambio de la financiación de los caprichos de Macías y de la aniquilación total de la etnia bubi que su corazón fang odiaba con todas sus fuerzas. Llegaron a oídos del Soviet Supremo las exigencias del siniestro personaje. La Unión Soviética accedió al pedido económico pero rechazó contundentemente su participación en el genocidio. Raimundo recordó entonces su experiencia argentina. Existían pocos asesinos tan eficaces como los militares argentinos en cuestiones de eliminar seres humanos sin dejar rastros. Para no despertar la ira de Macías nuevamente, mintió descaradamente diciendo que los uniformados pertenecían a la Legión Extranjera. Los criminales organizaron eficientemente la matanza alcanzando la nada despreciable cifra de ochenta mil muertos. Raimundo, precavido de que su suerte no duraría por siempre, mandó a edificar un búnker secreto en medio de la selva ecuatorial. Macías aprobó el proyecto con la condición de trasladar todas las reservas valiosas al escondite, transformando virtualmente al lugar en su banco personal.
Desde las entrañas del servicio penitenciario se gestaba el foco de una heroica revolución. El sobrino de Macías, Teodoro Obiang Nguema, con el apoyo del ejército y muchos valientes comenzó una feroz batalla contra el opresor. El ex mandatario se atrincheró en su flamante refugio. Ya cercado y sin esperanzas, destruyó todas las divisas de Guinea que en ese momento mantenían una paridad con la peseta española lo que sumergió al pueblo en una estrepitosa miseria.
"El Milagro Único" fue llevado a juicio sumarísimo por un tribunal militar que lo condenó a muerte por innumerables crímenes. Era tan temido Macías que ningún soldado guineano se atrevió a dispararle por lo que debió ser fusilado por un regimiento de mercenarios marroquíes. Eso dio fin a la pesadilla que vivió la valiente república durante ese cruel régimen. En 1979 fue proclamada una nueva constitución. Fue nombrado presidente Teodoro Obiang Nguema que inauguró un nuevo período de paz y orden para la digna y pujante nación.
Raimundo, quien se encontraba preparado para una eventual fuga, huyó junto a sus secuaces en un submarino soviético cargado de oro rumbo a la Patagonia. No hay mejor lugar para vivir para un vil criminal internacional que Bariloche. Raimundo, feliz, era vecino de la casa del Führer. El anciano jerarca nazi y el inescrupuloso consejero tomaban el té mientras caía la nieve en el invernal paisaje austral.

sábado, 12 de enero de 2008

Leyendas de Hudson: La Leyenda del Tren Fantasma. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Los 29 de febrero son días muy extraños en la estación de Hudson. A las 3:17 de la madrugada una misteriosa formación parte hacia la desconocida estación de Añori. Una locomotora made in Liverpool del año 1929 arrastra los vagones cosntruídos en Tolosa. En sus paredes extrenas de rojo y amarillo se divisa la frase Ferrocarriles Argentinos y la figura de un galgo desnutrido. El guarda baja y se comporta de una manera un tanto rara.
-"Sin escala hasta Añori. Todos arriba", dice el uniformado. El tren parte a una velocidad increíble atravesando toda la miseria del conurbano bonaerense y en la estación de Avellaneda unas inexplicables vías lo llevan a dar vueltas a la cancha de Racing para terminar en las cercacnías del estadio de Lanús. Fantasmales pasajeros bajan en la estación inexistente. Otros ascienden. Finalmente el recorrido acaba en la estación de Fiorito. Lo bueno del viaje es que nunca pasa nadie pidiendo boletos. Felices los borrachos descienden del ferrocaril para tomar el lujoso ferry que los llevará a la isla Maciel. Lamentablemente todo esto solo ocurre el 29 de febrero. Al día siguiente todo acaba. La violencia y la pobreza vuelven a reinar sobre los pordioseros de Hudson. El mágico viaje ha llegado a su fin. Maciel ya no es una apacible isla tropical. La basura cubre el suelo de Buenos Aires.

jueves, 10 de enero de 2008

El Dante cobrizo, por Cristian Claudio Casadey Jarai

La tupida vegetación recreaba la noche en pleno día. Densas hojas casi no dejaban penetrar la luz en la salva. Calor y humedad, reinas indiscutidas del lugar, jugaban junto a los chillidos de los animales. Era difícil guiarse entre tanto verde. de repente una rana, una lapa y un mono atacaron al peregrino. A duras penas logró librarse de las bestias. Recobrando el aliento, se percató de que lo estaban observando unos ojos. Se dio vuelta y el viejo indígena se ofreció a acompañarlo a través de la selva y de los ríos, hasta la ciudad de oro; allí la gran virgen lo llevaría a la presencia del cacique supremo.
Unicamente de ese modo evitaría las asechanzas de la selva, los errores, y de las fieras, encarnaciones de los pecados humanos; la avaricia, la soberbia y la lujuria.
Llegaron a un extraño volcán apagado que se abría como un misterioso abismo en el centro de la tierra. Rodeado de peligrosas corrientes e inaccesibles acantilados, un millar de esclavos empujaban grandes rocas para la construcción de un magnífico templo que limpiaría a los desdichados de sus pecados.
El extranjero y el aborigen, hostigados permanentemente por avispas, cruzaban cruzaban la zona sin vicio ni virtud. Los insectos no olvidaban la antigua inconstancia y veleidad de las opiniones de la dispar pareja.
El nativo guió al caminante hasta que un huracán los atrapó revolviendo sus pasados dedicados a las pasiones, siendo empujados por las fuerzas de los vientos hacia un pantanal. Sumergidos por vairas semanas debieron ingerir inmundicias para sobrevivir. Con gran esfuerzo lograron salir de la espantosa trampa para recorrer un largo sendero iluminado por cadáveres en llamas que se disponían a ambos costados del camino. Filosas malezas dificultanban aun más el último tramo de la cruel ruta.
Un soldado con los párpados cosidos, traidor a su patria, ahora custodiaba una diminuta abertura. Para poder pasar los compañeros entregaron todas sus pertenencias al infame militar.
un tranquilo valle parecía anticipar un viaje más sereno que el anterior. Las personas que recorrían esa parte lo hacían de rodillas. A fines de evitar problemas , los peregrinos resolvieron imitar al resto.
Una puerta dorada se hallaba en los confines del horizonte. El indígena se retiró y el extranjero se quedó solo. Abrió la entrada y una radiante figura femenina con los ojos de verde jade lo recibió tomándolo de las manos. Juntos pasearon por la ciudad de oro. El caminante, no preparado para semejante visión encegueció. Desesperado intentó escapar mas la joven lo sujetó fuertemente del brazo y lo llevó hasta el supremo. Pétalos de orquídeas pasó sobre los ojos del aventurero y recobró la vista. Frente al altar respondió al sacerdote: -" Sí, acepto".
-"Puede besar a la novia", replicó el religioso.
Su alma se llenó de gozo y alegría.

martes, 8 de enero de 2008

Leyendas de Hudson: La leyenda del Cabaret Mimí. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

A mano derecha de la ruta hacia la ciudad de La Plata, a la altura de la rotonda de Alpargatas, se encontraba un exótico cabaret llamado Mimí.
La edificación del templo hedonista era un tanto estrafalaria. En forma circular, se asemejaba un poco a un silo en medio del campo. su cartel luminoso atraía durante las noches a camioneros y otras almas solitarias propias de la fauna nocturna.
Las trabajadoras del sexo eran de las más variadas edades y razas pero tenían en común la desgracia en sus vidas y la tristeza en sus ojos.
Cuenta la historia que un transportista de nombre Mario en el año 1997 estacionó su pesado camión a un costado del camino y cansado ingresó al tugurio.
Se sentó en la barra y pidió lo de costumbre, un fernet branca con coca cola. encendió el último de sus cigarrillos traídos de contrabando de Paraguay y somnoliento disfrutó del mediocre espectáculo nudista. Una gorda sudada que despedía un espantoso olor a chivo trataba de realizar ridículas acrobacias en el caño del escenario en una pésiam imitación tercermundista del baile yankee.
El imbécil conductor se enamoró perdidamente del bagarto y esperó al término del número para contratar el servicio de la obesa meretriz. Fascinado por el precio económico del placer entró de la mano de la prostituta a una sucia habitación donde un colchón pelado y nauseabundo los esperaba impaciente. El chofer se entregó a su desenfreno carnal sin molestarse en lo más mínimo por el ambiente pordiosero del asqueroso cuarto. Al cabo de una hora el infeliz quedó rendido por el cansancio y la saciedad. se durmió profundamente. Sorprendido, despertó totalmente desnudo entre los pastos sin señalesdel antro ni de su vehículo. Ya declarando sobre los hechos en la comisaría local los corruptos policías le decían entre risas: -"Pedazo de borracho, si el cabarute de la Mimí lo mandó a prender fuego el cabezón trasca hace dos años. Dejate de joder y largá la ginebra".
Desde entonces, los camioneros de Hudson se cuidan de no parar en ningún cabaret que lleve por nombre Mimí.

lunes, 7 de enero de 2008

La leyenda de Meleagro y el jabalí, por el licenciado Cristian Claudio Casadey Jarai

En la antigua Grecia reinaba en la ciudad de Calidón el monarca Eneas junto a su esposa Altea. La prosperidad de su comarca se debía gracias a la protección de la diosa Diana que garantizaba riquezas y abundancias lo que suscitaba la envidia de los vecinos.
Los reyes tuvieron un hijo al que llamaron Meleagro. Eneas, ocupado constantemente en guerrear contra sus enemigos descuidó el culto a Diana quien se vengó cruelmente enviando un jabalí que asolaba la región.
Meleagro convocó a cástor, Pólux, Teseo, Piritos, Peleo y Telemón, sus tíos maternos Plesipo y Toso y a Atalanta, cazadora de Arcadia para acabar con la bestia.
Atalanta fue la primera en herir al animal el cual atacó y dio muerte a dos de los cazadores y casi a todos los perros. Victorioso, Meleagro logró terminar con el jabalí y ofreció la cabeza y la piel a Atalanta por haber sido ella la primera en lastimar al feroz cuadrúpedo.
Los tíos maternos de Meleagro y algunos cazadores envidiosos quisieron emboscar a Atalanta para robarle los trofeos. Meleagro enfurecido los castigó con la muerte. La reina Altea recordó la predicción que le hicieran las Parcas quienes mostrando un tronco que ardía en la chimenea dijeron que meleagro moriría cuando dicha madera se consumiera. Queriendo vengar la muerte de sus parientes la soberana arrojó el madero al fuego y el príncipe fue atacado por una infernal fiebre que persistió al mismo tiempo que la combustión. Altea, presa del remordimiento fue transformada por los dioses en la hembra de un faisán.
El gran Ovidio relata esta leyenda en su Metamorfosis y dante Alighieri se refiere a la misma diciendo: "Se consumión al mismo tiempo que un trozo de madera".

Plaza San Martín, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Las tardes de los sábados del verano del '97 transcurrían alegremente en la Plaza San Martín. El lugar de reunión de los amigos era bajo el mal llamado ombú , en realidad un imponente gomero indio. Sus verdes hojas protegían a los presentes de las inclemencias del salvaje sol de diciembre. Los primeros personajes solían llegar después del mediodía. Fanáticos y frikis de todas las clases se daban cita todos los fines de semana en el apacible lugar para intercambiar material e impresiones propias de la vida del inadaptado social. Gente de diferentes edades, lugares y condiciones conformaban la heteróclita fauna humana que se juntaba a la sombra del noble árbol. Seguidores de míticas series de TV, fanáticos de cantantes, coleccionistas de animé y otras rarezas peleaban por su lugar entre los demás. No faltaba quien solo fuera con ánimos de lucro para vender algún producto de difícil acceso en aquellos tiempos cuando lo digital e internet solo eran excepciones para ricos en el mundo cotidiano. También pululaban los depravados y los ladronzuelos, siempre a la caza de menores de edad los primeros y de algún distraído los segundos. La envidia de lo ajeno era moneda corriente en ese ambiente enfermo.
Por aquellos tiempos la forma habitual de piratería consistía en la copia de videos VHS y cintas de audio, generalmente de un pseudo original alquilado en el sucio barrio chino de Belgrano, lugar macabro y escenario de varios crímenes entre la comunidad oriental. La fiebre por la pavada duró algunos años más hasta que el mercado fue inundado de material y el acceso a la gran red feu más económico. Poco a poco el ocaso de aquellos años locos tapó por completo las raras historias de la plaza san martin, más famosa en otras épocas por sus fans clubs que por sus monumentos y granaderos.

domingo, 6 de enero de 2008

Leyendas de Hudson: La leyenda del japonés de Barrio Marítimo. Por el licenciado Cristian Claudio Casadey Jarai.

Cuenta la leyenda que en la localidad bonaerense de Hudson, más exactamente a pocos metros de la rotonda de Barrio Marítimo, vivía un hijo de japoneses nacido en la Argentina que se dedicaba a coleccionar videos de animé y otros subproductos de la cultura popular oriental. Este simpático personaje llegó a acumular tanta cantidad de objetos que poco a poco ya no cabían en su habitación. Colecciones completas de series de culto, posters, merchandising de todo tipo, en fin; todo lo imaginable sobre robots, ciencia ficción, música heavy metal, animé, etcétera, etcétera, hacía de esa alegre casa el templo del otaku.
No solo esas eran sus pasiones. Siempre lo acompañaban en sus interminables veladas sus fieles amigos, su perra, su paquete de Parisiens y su copa mezcla de vino tinto Santa Ana cosecha 1994 con un poco de Sprite, lo que vulgarmente se llama en Hudson el coctel explosivo, con sus nunca bien ponderadas consecuencias en el trono del sanitario.
A pesar de todo eso a nuestro héroe le faltaba una pieza fundamental en su colección: "La muñeca de Rei Ayanami"; una de las protagonistas de Evangelion, serie por cierto bastante floja en donde los robots parecen usar los mismos zapatos que Woody Allen.
El nikkei pensó que su divina Rei debía tener un palacio acorde con su alcurnia, pero en el fondo de su alma reconocía que comprar el terreno que estaba en venta al lado de su casa y construir en él una Nerv del tercer mundo sería una obra de mal gusto. Guiado por la sabiduría de su viejo sensei, un antiguo otaku muy haragán, decidió dar a su heroína una catedral digna de su estirpe: Crearía su propia fusión, una serie nueva en su propia vida real, compraría el lote y en el mismo haría edificar un Instituto de Investigaciones Fotoatómicas. Rei no conduciría nunca más un robot de mal gusto como los evas. Rei merecía lo mejor. Tomaría prestado de Koji Kabuto el magnífico Z, sí, Mazinger Z.
Un problema de índole práctico acosaba al hijo del sol naciente. Los ingresos que le proporcionaban sus vastos campos de sushi y ramen no alcanzaban para llevar a cabo el proyecto. Tuvo que hipotecar la casa y vender los artículos que con tanto esfuerzo había juntado, pero todo era por cumplir su sueño dorado.
Los obreros trabajaron velozmente. En pocos meses el Instituto era una realidad. Los vecinos admirados esperaban la inauguración. Una gigantesca estatua de Mazinger saliendo de la piscina hacía las delicias de toda la comunidad. Pero ocurrió lo inesperado. En el momento que entró el oriental en su magana obra la tierra tembló y todo se vino abajo. Bomberos y policias limpiaron el lugar pero no encontraron rastros del joven. Las personas de la zona aseguran que hasta hoy en día se escucha de noche desde lejos el grito: "Planeador abajo!" y se ven unas figuras fantasmales de rei caminando de la mano con el japonés por la rotonda de Barrio Marítimo.

La Leyenda de Ishtar, por Cristian Claudio Casadey Jarai

La leyenda de Ishtar,dedicada a mi amada Giovanna, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Segú la tradición asiria y babilónica la diosa más importante de la antigua mitología mesopotámica fue Ishtar, deidad del amor, hija de Sin, divinidad de la luna.Cuenta la leyenda que un pobre pastor llamado Tammuz se casó con la diosa a pesar de los cual conservó su naturaleza humana. Tammuz falleció durante una cacería en un desafortunado encuentro con un jabalí. Ereskigal, diosa del infierno, hizo transportar los restos mortales del infortunado a sus dominios antes de que Ishtar pudiese enterarse de ello. Desesperada por la pérdida, la diosa del amor a pesar de los consejos de las demás divinidades que la aconsejaban decidió descender al reino de ultratumba para reunirse con su amado esposo. Fue interceotada en su sombrío viaje por el guardian del averno quien atemorizado por las amenazas de Ishtar resolvió hablar con su ama. Ereskigal siguiendo las órdenes de su marido el gran Nergal, deidad del infierno, la peste y la guerra permitió la entrada a Ishtar con la condición de dejar una ofrenda en cada una de las puertas que atravesase. La diosa del infierno, arrepentida de haber permitido el acceso de Ishtar a su reino resolvió prohibir la salida de la divinidad del amor quien feliz de encontrarse con Tammuz no había pensado en tomar el camino de regreso. En la tierra debido a su ausencia las personas no se casaban y no tenía hijos, por lo que los dioses se reunieron e intimaron a Ereskigal que permitiese el regreso de Ishtar. Acompañada por su marido recuperaba en el camino de retorno todos los indumentos que había dejado como ofrenda y la tierra volvió a la normalidad. La exaltación de la fidelidad de los amadosque logran superar hasta la misma barrera de la muerte se asemeja a las leyendas griegas de Demetreo y Perséfone, de Afrodita y Adonis y de Orfeo y Eurídice. La historia ha sido cantada en un antiguo poema proveniente de un arcaico texto sumerio llamado "El descenso de Ishtar a los Infiernos".La leyenda de Ishtar,dedicado a mi amada Giovanna, por Cristian Claudio Casadey Jarai
Segú la tradición asiria y babilónica la diosa más importante de la antigua mitología mesopotámica fue Ishtar, deidad del amor, hija de Sin, divinidad de la luna.Cuenta la leyenda que un pobre pastor llamado Tammuz se casó con la diosa a pesar de los cual conservó su naturaleza humana. Tammuz falleció durante una cacería en un desafortunado encuentro con un jabalí. Ereskigal, diosa del infierno, hizo transportar los restos mortales del infortunado a sus dominios antes de que Ishtar pudiese enterarse de ello. Desesperada por la pérdida, la diosa del amor a pesar de los consejos de las demás divinidades que la aconsejaban decidió descender al reino de ultratumba para reunirse con su amado esposo. Fue interceotada en su sombrío viaje por el guardian del averno quien atemorizado por las amenazas de Ishtar resolvió hablar con su ama. Ereskigal siguiendo las órdenes de su marido el gran Nergal, deidad del infierno, la peste y la guerra permitió la entrada a Ishtar con la condición de dejar una ofrenda en cada una de las puertas que atravesase. La diosa del infierno, arrepentida de haber permitido el acceso de Ishtar a su reino resolvió prohibir la salida de la divinidad del amor quien feliz de encontrarse con Tammuz no había pensado en tomar el camino de regreso. En la tierra debido a su ausencia las personas no se casaban y no tenía hijos, por lo que los dioses se reunieron e intimaron a Ereskigal que permitiese el regreso de Ishtar. Acompañada por su marido recuperaba en el camino de retorno todos los indumentos que había dejado como ofrenda y la tierra volvió a la normalidad. La exaltación de la fidelidad de los amadosque logran superar hasta la misma barrera de la muerte se asemeja a las leyendas griegas de Demetreo y Perséfone, de Afrodita y Adonis y de Orfeo y Eurídice. La historia ha sido cantada en un antiguo poema proveniente de un arcaico texto sumerio llamado "El descenso de Ishtar a los Infiernos".

Segú la tradición asiria y babilónica la diosa más importante de la antigua mitología mesopotámica fue Ishtar, deidad del amor, hija de Sin, divinidad de la luna.Cuenta la leyenda que un pobre pastor llamado Tammuz se casó con la diosa a pesar de los cual conservó su naturaleza humana. Tammuz falleció durante una cacería en un desafortunado encuentro con un jabalí. Ereskigal, diosa del infierno, hizo transportar los restos mortales del infortunado a sus dominios antes de que Ishtar pudiese enterarse de ello. Desesperada por la pérdida, la diosa del amor a pesar de los consejos de las demás divinidades que la aconsejaban decidió descender al reino de ultratumba para reunirse con su amado esposo. Fue interceotada en su sombrío viaje por el guardian del averno quien atemorizado por las amenazas de Ishtar resolvió hablar con su ama. Ereskigal siguiendo las órdenes de su marido el gran Nergal, deidad del infierno, la peste y la guerra permitió la entrada a Ishtar con la condición de dejar una ofrenda en cada una de las puertas que atravesase. La diosa del infierno, arrepentida de haber permitido el acceso de Ishtar a su reino resolvió prohibir la salida de la divinidad del amor quien feliz de encontrarse con Tammuz no había pensado en tomar el camino de regreso. En la tierra debido a su ausencia las personas no se casaban y no tenía hijos, por lo que los dioses se reunieron e intimaron a Ereskigal que permitiese el regreso de Ishtar. Acompañada por su marido recuperaba en el camino de retorno todos los indumentos que había dejado como ofrenda y la tierra volvió a la normalidad. La exaltación de la fidelidad de los amadosque logran superar hasta la misma barrera de la muerte se asemeja a las leyendas griegas de Demetreo y Perséfone, de Afrodita y Adonis y de Orfeo y Eurídice. La historia ha sido cantada en un antiguo poema proveniente de un arcaico texto sumerio llamado "El descenso de Ishtar a los Infiernos".

Indiferencia, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Cansado se levantaba para ir a su trabajo. Era de madrugada y todavía no se había asomado el sol. Las penumbras reinaban sobre las solitarias calles de la ciudad, solo cruzadas por almas similares a la suya, comprometidos a sacrificarse para el provecho de otros. Un café cargado lo ayudaba a matar lo que quedaba de Morfeo en su sangre. Apresurado, salió de su hogar y se enfrentó al frío aire que violentamente rozaba el pavimento. Como todas las jornadas, debía cruzar la plaza desierta cubierta de neblina en esa época del año. Un extraño sonido llamó su atención. Se desvió de su recorrido habitual buscando la fuente de aquel quejido. Encontró bajo a un árbol a una niña bañada en sangre, agonizando. Salió corriendo. En su inmensa miseria del alama era preferible conservar su mediocre vida rutinaria que involucrarse y ayudar a una pobre pequeña.

Escudo, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Bajamos del taxi rojo en el centro comercial. Pocos colores tan extraños para el extranjero como una taxi colorado. Ella estaba más hermosa que de costumbre esa noche. Sus preciosos ojos verdes brillaban de una manera tan dulce que derretía mi corazón. Sus rubios cabellos caían con gracia sobre su pequeña espalda. Tomados de la mano recorríamos los pasillos del moderno edificio. Nos detuvimos en un local de recuerdos. Me regaló un prendedor con el bello escudo de su país. Lo coloqué en mi pecho pero en realidad se pegó en mi alma. Dios permita hacerme digno de llevar semejante honor por toda la eternidad. Los volcanes y la embarcación purificaron mis lágrimas. Ella, fuente de mi vida.

Casino, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Casino, por Cristian Claudio Casadey Jarai
Ella había llegado hace pocos días a la ciudad a visitar unos parientes. Conocía muy poco el lugar. Gustoso me presté a acompañarla a visitar el casino local. Construído en tiempos de bonanza, los diferentes y corruptos gobiernos que se sucedieron desde épocas remotas se encargaron de ir robando cualquier elemento de valor que se encontraba en el mismo. Las estatutas de bronce y las de mármol, las alfombras orientales, vitró y cristales, lámparas y un sin número de cosas brillaban por su ausencia. Seguramente estarán ornamentando las viviendas de políticos de mal gusto.Subimos las escaleras e ingresamos en el templo de juegos. El contraste entre el frío que guardaba dentro de sí aquel mausoleo de ludópatas con el infernal calor del mundo exterior era abrumador. Jóvenes uniformados y domesticados formaban un estúpido ejército de sirvientes para las pobres almas destruídas por el vicio. En el sector central había un minúsculo escenario donde una pésima banda trataba de interpretar algo que quería asemejarse al jazz. Mucho peor fue el segundo espectáculo. Una orquesta de tango integrada por cadáveres con bandoneones que lloraban y un peluquín maquillado que aullaba completaban la visión dantesca.Sentados en incómodos sillones nos regábamos con alcohol barato, "disfrutando" del momento. El whisky ya caliente era fuego para el maltrecho estómago. La niña comenzaba a sentir en su cuerpo los efectos de la bebida espirituosa. Eufórica, hija de la generación amante de la tecnología, sacó su celular para tomar algunas fotos. Tentada, cambió unos billetes por monedas para probar suerte en las máquinas. La temática de los juegos estaba acorde a la situación del país. La idiotez era reina y soberana absoluta en ese antro. Una y otra vez, como hipnotizada y alienada depositaba su mísera riqueza en las cajas monstruosas de pantallas brillantes, gigantes devoradores de la desesperación ajena.Malgastando lo poco que tenía, con lágrimas en sus ojos me dijo:-"Qué tarada! Ahora no tengo cómo volver a mi ciudad."Resignado, metí la mano en mi bolsillo esperanzado de que hubiera aprendido la lección. La tendí y así se esfumaron mis últimos centavos...

viernes, 4 de enero de 2008

El gato. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Se subió a la mesa mientras escribía. Sus patitas grises contrastaban con la claridad de su cuerpo. Sus ojitos azules sobresalían y brillaban en aquel rostro azabache. Con su habitual gracia felina se acomodóa al lado del cuaderno, mi fiel compañero y confesor de mis inquietudes. Se acostó y permaneció inmóvil largo rato. El tiempo parecía haberse detenido, como admirado de la paciencia e ingenuidad del pequeño minino. Un calor especial brotaba de la tierna escena e inundaba el ambiente. El incienso creaba una atmósfera extraña pero agradable a los sentidos, un festín de sensaciones. Tentado, acaricié su lomo varias veces. Se despertó. Parándose lentamente me miraba a los ojos. Parecía querer comunicarme algo. De repente, me di cuenta que no me seguía viendo. Su vista estaba enfocada detrás de mi hombro. Me di vuelta y ahí estaba en la pared el retrato del Señor. Agradecido, me arrodillé junto al gato. Grande es el amor divino.

Sion, poesía, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Sonaron trompetas de marfil.
El templo está derruido.
Las vírgenes de Sion
rasgando del tiempo las tinieblas
rechazaron el manantial de placeres.

Ciego el fulgor de tus ojos verdes,
apoyándome en el muro
la dicha aguarda en los confines
dentro del zafir de tus jades.

El aura suspira murmuros espesos
mientras renace el templo.
Felices las vírgenes
al vernos unidos.

Euridice, poesía, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Rodeado de las Ninfas
sólo pienso en mi Eurídice.
Sus serenísimos ojos verdes,
cantos sagrados para mi pecho.

Arranca la distancia
el pesar de los corazones.
Lamentos amargos,
las Bacantes se alegran de mi dolor.

Olvidando el pacto me doy vuelta.
Miro a Eurídice.
La lejanía se transforma en sombras.
Ha triunfado el amor.

Recuerdos, poesía, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Los recuerdos,
perlas olvidadas de la memoria.

El amor,
fiel compañero en la soledad.

Un café en el Teatro Nacional.
Bullicio en la calle.

Cae la noche.
Recuerdos que nunca se borrarán.

La noble Dama, poesía, por Cristian Claudio Casadey Jarai

La noble dama de porcelana
sentada sobre el loto
medita en la noche.

Cuatro valientes guerreros
custodian sus pensamientos.

Un círculo encierra
la sabiduría del alma.

El amanecer termina con sus reflexiones.

Recorrer las pampas, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Duro era el recorrido. Eran muchos kilómetros para recorrer en la vetusta bicicleta. El mal estado del abrasador pavimento dificultaba la marcha. Pero ni el inclemente sol ni la empecinada lluvia iban a doblegar la voluntad del ciclista. Hubiera querido subir su fiel compañera de dos ruedas al furgón del oxidado ferrocarril pero aquel ramal ya no estaba en actividad. Era la consigna de la nueva década infama. "Menem lo hizo" se repetía mentalmente una y otra vez. La broma ya no causaba ninguna gracia. El malestar general se había apoderado del alma de los argentinos. No podía permanecer ajeno a la situación del país. Estaba y era parte de esa crisis, de la falta de dinero para poder viajar dignamente, de las privaciones cotidianas, de las injusticias y la discriminación a la orden del día. Su espíritu a pesar de todo no podía permitirse el lujo de flaquear, de darse por vencido. Todavía tenía las fuerzas necesarias y el ímpetu para dar batalla. En el fondo era un guerrero medieval, extrañamente transportado a tierras y tiempos extraños, una nueva Alicia que cruzó el espejo, un Quijote incomprendido y esta vez solitario, sin Sancho que lo secunde. La inmensidad de las pampas a veces le provocaba una sensación sublime de libertad mas otras era insoportable el sentimiento de desolación y soledad. La bóveda celeste en su magnitud reinaba sobre las tierras. El camino , casi siempre recto, se volvía monótono y aburrido con sus grandes campos despoblados que lo rodeaban. De un momento a otro el cielo se cubrió de grises algodones y el vital líquido no tardó en llegar. No viendo en el horizonte refugio alguno, el aventurero sacó una capa de plástico de su pobre equipaje para protegerse y se acomodó su raída gorra. Las gotas de lluvia empañaban sus viejos anteojos lo que le dificultaba aun más su penoso avance. El chubasco fue breve, solo ocasionando molestias al valiente viajero. El agua había empeorado el funcionamiento de la cadena. Siguió pedaleando con fervor hasta que la misma se rompió de repente. Cayó violentamente sobre el asfalto mojado lastimándose las rodillas y manos. Lloraba de impotencia, no había ni un alma a su alrededor que le pudiera prestar un poco de ayuda. Recordaba su infeliz niñez, cuando era lastimado por sus perversos compañeros y no había quien lo proteja. Dejó su primitivo transporte a un lado del camino y siguió su ruta lentamente a pie.
Caía la noche y para ese entonces se dio cuenta de que se encontraba perdido. Sus fuerzas llegaban a su fin. Necesitaba descansar un poco. Creyendo encontrar algún caserío se adentró entre los matorrales en donde divisó a lo lejos un enorme pastizal lleno de vacas. Intuyó que no debía estar muy lejos del casco de la estancia. Con un poco de suerte se toparía con algún gaucho amable que lo convidaría con tortillas y mate amargo y le tendería un rincón en donde pasar la fría noche. La luz comenzó a escasear, la luna se había escondido entre las tinieblas y el nerviosismo y la ansiedad se apoderaban del caminante poco a poco. En la distancia pudo ver un débil brillo. Agotado se movió hasta él. Una inmunda luz amarillenta flotaba en medio de la nada. El frío y el terror ingresaron hasta lo más profundo de los huesos del desafortunado. Su alma no aguantó el maldito espectáculo y desocupó su morada carnal.
Al día siguiente entre los huesos de una vaca muerta los gauchos encontraron el cadáver del desconocido, con el cráneo roto descansando sobre una roca que se asemejaba a una bicicleta.

La estación de Hudson

La estación de Hudson, por Cristian Claudio Casadey Jarai

El olor de las gomas quemadas apesumbraban la densa atmósfera de la vieja estación de Hudson. El destartalado ferrocarril al igual que hace décadas surcaba las frías vías hacia la ciudad madre. Al costado de los rieles todavía se asomaban los restos de lo que todavía se mantenía en pie de la antigua maltería. La avenida Otto Bemberg ya no era lo que había sido antaño. El pueblo dormía aquella tarde el ocaso de las pampas olvidadas en el tiempo, tierras de luchas y penas. Un perro paseaba por el andén en busca de alimento. La señora del puesto de diarios, alma caritativa, cuidaba de los animalitos abandonados por sus insensibles dueños. El sabor a mate amargo se confundía con el alcohol en el paladar del joven maquinista. La vieja locomotora de arcaicas épocas peronistas no deseaba avanzar más. Un pasajero, mientras esperaba eternamente escuchaba en su radio portátil las noticias: -"Hemos ingresado al primer mundo" se oía decir al presidente Menem. La virgen en su altar cuidaba la estación. Sólo atinó a derramar lágrimas de vergüenza...

miércoles, 2 de enero de 2008

Impresiones, poesía. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

Impresiones, poseía dedicada a la mujer de mi vida, a Giovanna. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.



Se acercó a mi lado.
Sonriendo se sentó en mi regazo.
Sus ojos verdes, espejos del alma
transmitían el calor de la vida.

¿Qué será de Alicia cuando traspase el espejo?
¿Qué será de Ariadna cuando salga del laberinto?

Ella lo sabe.
Ella lo intuye.
Su búsqueda recién comienza...

La estación de Hudson, por Cristian Claudio Casadey Jarai

El olor de las gomas quemadas apesumbraban la densa atmósfera de la vieja estación de Hudson. El destartalado ferrocarril al igual que hace décadas surcaba las frías vías hacia la ciudad madre. Al costado de los rieles todavía se asomaban los restos de lo que todavía se mantenía en pie de la antigua maltería. La avenida Otto Bemberg ya no era lo que había sido antaño. El pueblo dormía aquella tarde el ocaso de las pampas olvidadas en el tiempo, tierras de luchas y penas. Un perro paseaba por el andén en busca de alimento. La señora del puesto de diarios, alma caritativa, cuidaba de los animalitos abandonados por sus insensibles dueños. El sabor a mate amargo se confundía con el alcohol en el paladar del joven maquinista. La vieja locomotora de arcaicas épocas peronistas no deseaba avanzar más. Un pasajero, mientras esperaba eternamente escuchaba en su radio portátil las noticias: -"Hemos ingresado al primer mundo" se oía decir al presidente Menem. La virgen en su altar cuidaba la estación. Sólo atinó a derramar lágrimas de vergüenza...

La copa, poesía, por Cristian Claudio Casadey Jarai

Quise ver a través de la copa
mas no vi nada.

Quise beber de la copa
mas estaba vacía.

Quise llenar la copa
mas no había nada.

Quise brindar
pero lo único que encontré en el fondo
fue el verde de tus ojos
y el calor de tu amor.

Hoy la copa sigue vacía
pero lleno mi corazón
pensando en el momento
en que nuestras almas
volverán a ser una sola.

Cuando llora el granito, por Cristian Claudio Casadey Jarai

La humedad era insoportable a esa hora del día. Un espeso manto de vegetación cubría todo el panorama. En esa época del año anochecía más temprano. Los ruidos de los animales inquitaban a los visitantes. Entre los matorrales sobresalían las edificaciones otrora vez majestuosas, símbolos de un pasado que una vez existió y que nunca regresará. Ya era la hora de cerrar los grandes portones que protegían la imponente entrada. A la derecha, una imagen de Nuestro Señor custodiaba el ingreso ; a la izquierda una derruída capilla lloraba por las noches.
cuando el oscuro velo cubría el horizonte los profanadores iniciaban sus nefastas labores.
Sobornando al sereno la pareja se adentró al espeluznante refugio de las almas.. Forzaron un poco la llave en el candado el cual finalmente cedió. Los jóvenes sentían el correr de la sangre en sus venas como si la misma quisiera escapar de sus cuerpos para animar nuevamente a sus antepasados que ahí dormían su sueño eterno. Prendieron unas velas para facilitarse la tarea. El subsuelo del mausoleo estaba inundado, era una macabra piscina en donde flotaban restos de féretros, producto de la subida de las aguas de las napas freáticas y la falta de previsión de sus ineptos constructores. Sólo podían trabajar en el nivel superior en donde descansaban los bisabuelos y un tío abuelo que había fallecido siendo todavía un bebe.
Las paredes de granito oprimían todavía más a los desdichados, solo el aroma de las plantas refrescaban un poco el aliento ya enfermo de tanto aspirar podredumbre.
Comenzaron a remover las manijas de los ataúdes, a quitar las placas y los crucifijos y a guardar candelabros y floreros.
Lo peor recién empezaba. Bisabuelo y bisabuela se encontraban uno arriba de la otra en una especie de nichos de bronce. Removieron primero a la bisabuela de su lugar. Sacaron la tapa de madera y el metal brilló enla tenue luz. Pacientemente lucharon contra el estaño que poco a poco fue mostrando sus entrañas dejando asomar los despojos de la noble señora. La tristeza y el dolor se apoderó en una extraña mezcla de ambos que reponiéndose al estupor continuaron con su misión.
El sol resplandeciente en todo su fulgor asomaba en el horizonte. Debían apresurarse si querían salir airosos de este tétrico episodio de sus inexpertas vidas. Empacaron rápidamente todo lo que pudieron y emprendieron triunfalmente el regreso a casa. Una vez en el hogar familiar dejaron su melancólico cargamento y se alistaron para salir nuevamente a la morada de los que ya no habitan este mundo. Luciendo sus mejores ropas la pareja se paró enfrente del ruinoso mausoleo. Una tropilla de obreros quitaba el cartel que decía : "Por falta de pago de tasas e impuestos la Municipalidad hace uso y disposición del presente lote". Con lágrimas en los ojos pero con la satisfacción del deber cumplido en el corazón, uno de los miembros de la pareja dijo a la otra: -"Justo a tiempo mi querida hermana. Los bisabuelos descansarán en paz. Nosotros los cuidaremos".
Entre la brisa se perdía el sonido seco del granito desgarrado por la insensibilidad del sucio gobierno...