lunes, 11 de febrero de 2008

Guinea Ecuatorial: Reflexiones. Ensayo. Cap. III. Por Cristian Claudio Casadey Jarai

Guinea Ecuatorial: Reflexiones. Ensayo.

Por Cristian Claudio Casadey Jarai, licenciado en literatura.

Capítulo III: Esbozos ecuatoguineanos.


A veces es tal el poder de la clase opresora que produce sobre algunos oprimidos un nuevo equilibrio conservador, un consentimiento, una especie de reivindicación de parte del débil para con el más fuerte.

En Guinea Ecuatorial, durante el período de dominación española se produjo en el campo de las letras una literatura de consentimiento. La primera publicación en 1903 en la entonces Guinea Española fue la Revista Misional, de marcado carácter religioso, colonialista y dirigida hacia el público blanco; una producción de la fuerza en ese entonces en el poder para su propia clase.

Editada en el año 1956 y titulada “Cuando los combés luchaban” del escritor Leoncio Evita es considerada la primera novela ecuatoguineana. Es un claro ejemplo de esta clase de literatura llamada de consentimiento.

La historia se desarrolla en el sector continental del país, en Río Muni (llamado Mbini por sus pobladores originales), donde un misionero protestante explica bajo su punto de vista los hechos que se suceden. Es la lucha de lo salvaje, lo impuro, lo malo, “lo africano”, contra la civilización, lo puro, lo bueno, “lo europeo”, o sea, un rechazo del propio autor a su verdadera identidad. La obra fue empleada con éxito por parte de los españoles que veían en ella la justificación de su cultura y su opresión sobre el elemento nativo, siempre menospreciado.

En 1962 se publica el libro “una lanza para el Boabí”, de Daniel Jones Mathama. En esta ocasión, el protagonista llamado Gue es africano y relata su vida. Sun infancia transcurre en la isla de Fernando Poo (hoy Bioko), narra su traslado a España y su regreso a Guinea Ecuatorial hasta la muerte de su padre. Es una obra de carácter autobiográfico en donde se enseñan las costumbres de la etnia bubi en Bioko. También pertenece al género de la literatura de consentimiento. Su padre, un monarca venido a menos, pondera la obra civilizadora de los españoles y su “legado positivo” para el pueblo africano.

Pero no solo la historia moderna de Guinea Ecuatorial es agitada y tormentosa. En 1472, Fernao de Po, Fernando Poo en español, navegante portugués, buscando la ruta hacia la India encontroó la isla que se llama Bioko bautizándola con el nombre de Formosa, o sea hermosa. Don Juan II de Portugal se proclamó Señor de Guinea y Primer Señor de Corisco. La colonización de las islas de Annobón y Corisco comienza en 1494 con destino a ser un puesto estratégico para el tráfico de esclavos. En 1641 la Compañía de Indias holandesa se estableció sin permiso portugués en Bioko, y en 1648 volvieron los lusitanos armando una propia Compañía de Corisco para la trata de esclavos con destino a Francia, España e Inglaterra. Se construye el fuerte de Punta Joko, una de las primeras edificaciones europeas en la isla. Más tarde, los británicos aprovecharon el lugar para establecerse en el mismo y fundar Port Clarence, hoy Malabo.
Mediante los tratados de San Ildefonso y de El Pardo, durante el siglo XVIII Portugal entregó a España las islas de Fernando Poo y Annobón a cambio de la Colonia de Sacramento, hoy Uruguay, y la isla de Santa Catalina.

Fueron cedidos a España los derechos comerciales en el continente africano entre los ríos Níger y Ogüé. El conde de Argelejos, partiendo desde Montevideo en épocas del Virreinato del Río de la Plata tomó posesión de Bioko en 1778. Tras arduas luchas y negociaciones los españoles lograron la sumisión de los jefes locales, aliándose con la tribu de los bengas y su rey, Bonkoro I. Los ingleses, en 1827 ocuparon la isla la cual abandonaron seis años más tarde. En 1831, Marcelino de Andrés y en 1836 José Moros exploraron el exótico territorio africano.

El capitán de navío Juan José de Erena fundó en 1843 la capital Santa Isable (Malabo actual, nombre puesto en honor a un legendario rey de la etnia bubi).

Erena ocupó Annobón, Corisco, los islotes de Elobey y la cuenca del río Muni en el continente.

Hacia 1845 la Real Orden de Isabel II de España autoriza el traslado de todos los negros y mulatos libres de Cuba que deseen vivir en Guinea, la cual sufre un momento de luchas internas entre los poderosos Munga I y Bonkoro II por 1855.

Bioko se convierte en presidio español en 1861. Ese mismo año por Real Orden, al no ir voluntariamente ningún afrocubano a Guinea, se dispone el traslado de 260 negros y presos políticos.

Entre 1875 y 1886 tienen lugar las exploraciones de Manuel de Iradier y Bulfy que acaba con los levantamientos de las villas estado de la etnia fang, hoy en día la mayoritaria en el país.

Los españoles durante el período de 1887 a 1897 entablan relaciones con el rey Moka de Bioko quien logra unificar a los clanes bubis. Es sucedido por Sas Ebuena en 1899 a 1904 y por Malabo entre 1904 y 1937 quien es encarcelado por sus ideales de libertad.

Por el tratado de París en 1900, España llega a un acuerdo en los litigios fronterizos con las demás potencias coloniales europeas delimitando los límites de Río Muni, el sector continental. A partir de ese momento se desarrolla en el país el cultivo del cacao, llegando a ser el primer productor mundial; del café y del aceite de palma. España cierra el ingreso de extranjeros lo que deja como consecuencia que actualmente se hable principalmente español y que exista una amplia mayoría de católicos.