miércoles, 2 de enero de 2008

Cuando llora el granito, por Cristian Claudio Casadey Jarai

La humedad era insoportable a esa hora del día. Un espeso manto de vegetación cubría todo el panorama. En esa época del año anochecía más temprano. Los ruidos de los animales inquitaban a los visitantes. Entre los matorrales sobresalían las edificaciones otrora vez majestuosas, símbolos de un pasado que una vez existió y que nunca regresará. Ya era la hora de cerrar los grandes portones que protegían la imponente entrada. A la derecha, una imagen de Nuestro Señor custodiaba el ingreso ; a la izquierda una derruída capilla lloraba por las noches.
cuando el oscuro velo cubría el horizonte los profanadores iniciaban sus nefastas labores.
Sobornando al sereno la pareja se adentró al espeluznante refugio de las almas.. Forzaron un poco la llave en el candado el cual finalmente cedió. Los jóvenes sentían el correr de la sangre en sus venas como si la misma quisiera escapar de sus cuerpos para animar nuevamente a sus antepasados que ahí dormían su sueño eterno. Prendieron unas velas para facilitarse la tarea. El subsuelo del mausoleo estaba inundado, era una macabra piscina en donde flotaban restos de féretros, producto de la subida de las aguas de las napas freáticas y la falta de previsión de sus ineptos constructores. Sólo podían trabajar en el nivel superior en donde descansaban los bisabuelos y un tío abuelo que había fallecido siendo todavía un bebe.
Las paredes de granito oprimían todavía más a los desdichados, solo el aroma de las plantas refrescaban un poco el aliento ya enfermo de tanto aspirar podredumbre.
Comenzaron a remover las manijas de los ataúdes, a quitar las placas y los crucifijos y a guardar candelabros y floreros.
Lo peor recién empezaba. Bisabuelo y bisabuela se encontraban uno arriba de la otra en una especie de nichos de bronce. Removieron primero a la bisabuela de su lugar. Sacaron la tapa de madera y el metal brilló enla tenue luz. Pacientemente lucharon contra el estaño que poco a poco fue mostrando sus entrañas dejando asomar los despojos de la noble señora. La tristeza y el dolor se apoderó en una extraña mezcla de ambos que reponiéndose al estupor continuaron con su misión.
El sol resplandeciente en todo su fulgor asomaba en el horizonte. Debían apresurarse si querían salir airosos de este tétrico episodio de sus inexpertas vidas. Empacaron rápidamente todo lo que pudieron y emprendieron triunfalmente el regreso a casa. Una vez en el hogar familiar dejaron su melancólico cargamento y se alistaron para salir nuevamente a la morada de los que ya no habitan este mundo. Luciendo sus mejores ropas la pareja se paró enfrente del ruinoso mausoleo. Una tropilla de obreros quitaba el cartel que decía : "Por falta de pago de tasas e impuestos la Municipalidad hace uso y disposición del presente lote". Con lágrimas en los ojos pero con la satisfacción del deber cumplido en el corazón, uno de los miembros de la pareja dijo a la otra: -"Justo a tiempo mi querida hermana. Los bisabuelos descansarán en paz. Nosotros los cuidaremos".
Entre la brisa se perdía el sonido seco del granito desgarrado por la insensibilidad del sucio gobierno...