lunes, 21 de enero de 2008

El dolor de Pablo Neruda. Por Cristian Claudio Casadey Jarai.

El alma atormentada de Pablo Neruda lloraba pesadas lágrimas de dolor. Su mirada se perdía en la inmensidad del Pacífico...

El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética se realizó a principios del año 1956 en Moscú. El secretario general del partido, Nikita Khruschov dio a conocer por medio de la agencia informativa soviética Izvestia el genocidio y los horrendos crímenes cometidos por el ex seminarista Iósiv Vissariónovich Dughashvili, mejor conocido como Stalin.
Entre otros numerosos secretos Khruschov reveló los cruentos asesinatos cometidos por la infame policia secreta de Stalin y las deportaciones de inocentes familias a Siberia para realizar inhumanos trabajos forzados. La cifra de muertos congelaba los corazones. Torturas, penurias, hambre... Los más espantosos relatos hicieron eco en el mundo.
Khruschov eliminó el nombre de Stalin de las ciudades soviéticas. Se quitaron estatuas y todo vestigio del "Dictador del Proletariado".
Los artistas comunistas de todo el planeta que habían recibido el premio Stalin en muestra de repudio lo devolvieron. Neruda, agobiado por necesidades económicas, había empeñado la valiosa medalla. Nunca pudo devolver el asqueroso pedazo de oro.
Impotente, el amargo sabor a traición se derretía en su boca...