Magister Dixit.
Al igual que en
El influjo que ejerce la fama y buena reputación en un momento dado puede mucho más que el mensaje en sí mismo.
No es lo mismo que una persona cualquiera enuncie: “Esto está bien”. Si lo anterior es palabra de un sabio, o mejor aun, de un filósofo de la antigüedad, es cuestión “sagrada”, “inapelable”. A menudo a diario el libre pensador choca con esos muros típicamente humanos, donde la trascendencia de una idea depende de “quien lo dice” y no “qué dice”.
El “Magister Dixit” (el maestro ha dicho) como tópico literario (motivo común que debido a su uso reiterado ha sido determinado) es una constante en todo el devenir de la existencia humana. Es común que a los niños pequeños cuando piden explicaciones se les responda: “Por que lo digo yo”. Así, la expresión latina contiene una gran dosis de autoritarismo íntimo.
Dar valor a las ideas por su propio peso es una noble tarea para el futuro.